lunes, 9 de agosto de 2010

"EL SECRETO DEL ÉXITO ES LA MONADA"


Por Nicolás Besimenko

En una charla mano a mano con el "dueño" de las mejores noches
claromequenses y tresarroyenses en los 90, Pablo Romano nos hace viajar en el tiempo para revivir esos veranos descontrolados y explicar el porqué de un éxito único en nuestra ciudad que supo mantener una gran "monada" de fiesta cada fin de semana.

¿Porque volvió el Mono?


Cuando en 2003 cerré, convergieron muchas cosas, hubo muchas causas . Demasiadas cosas que me estaban cargando mucho. Yo terminé enojándome porque había demasiados requisitos, y yo los cumplía. Pero me tocaba competir con otra gente que no tenía nada. Era demasiado despareja la competencia. Y después, había cambiado mucho la noche, la gente a la hora de divertirse, había mucho más mala onda, más pelea, que después se siguió viendo. Fueron varias cosas, imposible enumerar. Igual siempre me quedó la pregunta de qué haría si volvería.

Un día se me ocurrió esto del salón de fiestas que permite, acondicionado de una manera, bastante particular porque parece un boliche pero se usa para salón de fiestas y de vez en cuando hacer una noche tipo boliche, como lo era Monkey. Y está buenísimo, porque yo a esta altura, como mucha gente que pasó los veintipico, no va a salir todos los fines de semana, entonces está bueno hacer algo de vez en cuando. Para todos, para la "monada" que ya sale de vez en cuando y para mí que ya no estoy para estar todos los fines de semana otra vez.

¿Como viviste el post-Monkey?

Fue difícil el tema del ya no ser, esa especie de duelo que uno hace. En el caso mío era terminar una etapa, yo venía trabajando a full, empecé a los 23 años. Era todas las noches del verano, todas las noches de la primavera, más viernes y sábado todo el año. Imaginate que estuve 14 años con el boliche en Claromecó y en Tres Arroyos llegó a 5, es como toda una vida, entonces cortar de golpe es todo un tema.

¿Cuál fue la época que más disfrutaste?


El mejor año de Monkey fue el verano 92`, fue algo muy particular, era en un Monkey que hasta ya no existe, porque lo demolieron al lugar, es una construcción que ya no existe. El boliche abre en el 90, hace 90, 91 y en el 92 fue algo espectacular. Porque hacíamos joda en la playa, después pasaba a la noche y era como un club, ahí es donde nace un poco el club de Monkey. Era como un líving grande el boliche. Se juntaba gente a la tarde, vos pasabas a las 3 de la tarde para ir un rato a la playa y entrabas un rato en Monkey, te tomabas 3 o 4 mates y seguías. Justo quedaba a media cuadra de la playa, entonces quedaba muy en el centro. Es muy recordado eso por la gente. Después otro verano que fue muy bueno, el 95.

Otro que me acuerdo el 2000 acá, ese invierno, de marzo a diciembre, fue muy buena, con mucha onda, se hicieron muchas cosas. Se trabajo, se hicieron varios eventos, al estilo de Monkey. Hubo otra movida muy grande, parecida a la de Claromecó. Y las primaveras todas, lo que pasa que las primaveras son, vistas desde éste lado, desde mi lugar, son maratones de trabajo que terminás fusilado porque son 5 días sin parar. Te acostás a las 8 o 9 de la mañana y te levantás a las 2 de la tarde, y le das de corrido hasta el otro día. Y buffle para acá, aquello para allá. Matador.

Aparte del desgaste mental, te liquida el cuerpo, con los recitales y demás. Y aparte no dormís. Así que las primaveras para la gente fueron buenas y para mi, matadoras.

¿Te quedaba espacio para disfrutar?

Sí, a la noche, cuando estás poniendo música. Después durante el día era morirse. Era terminar, donde se iba la gente del recital o lo que hubiese, ahí empezabas a desarmar. La gente ya se había ido hace una hora a bañarse o a comer y nosotros estábamos ahí todavía.

¿Y la pasión por la música la traías de chiquito? ¿Venía de familia?

Si, yo creo que tiene que ver con la familia, con algo genético dando vueltas, y también se manifestó muy de chico. Yo tenía 10 años ya cuando empezaba a darle bola a la música, creo que diferente de otro chico, no sé, no conozco algo igual. Mi hermana, que me llevaba dos años y medio, ella estaba con todo el tema de la música por la adolescencia y yo estaba a la par de ella. Y después me picó cada vez más fuerte...(risas).

Con respecto a la movida nocturna en Tres Arroyos, el Mono cada vez que abre se llena y es un éxito todas las noches ¿Cuál es el secreto?

...(piensa). Seguramente hay un secreto, un analista de mercado te lo saca al "toque". Lo que creo es que desde este lugar, yo puedo proponer, puedo pintar el local, puedo poner luces, puedo poner excelente música, puedo poner, que se yo, caras lindas a atender...Y no sé si pasa por ahí, para mí, hay una magia entre medio. Yo siempre digo que acá la monada es tan importante como el lugar. Yo tiro un tema, pero del otro lado está la monada que responde. Es como que uno va de la mano del otro. Cualquier músico que le preguntes que es lo que más te gusta de tal lugar, te va a decir el público: "¿Que recordás de cuando fuiste a tocar, no sé, a Necochea? El público que era muy frío. ¿Y en Olavarría? Ah, el público espectacular. ¿Volverías a donde? A Olavarría, ni hablar". Bueno, acá un poco se da eso. Hay una magia que no es secreta y no es ningún secreto comercial. Hay 14 años de Mono, de gente que fue pasándola bien en esa etapa, valora un montón de cosas que hicimos, porque fue entre todos, nosotros propusimos y ellos fueron, participaron. Entonces hoy es una onda que está generada y nosotros cubrimos las expectativas, cumplimos desde este lado laburando, no nos quedamos. Se sigue renovando, se sigue mejorando, si la gente dice que hace calor, tendremos que poner aire acondicionado. Si hace frío, a meter calefacción. Y así. Mejoras constantes para cubrir las expectativas de la gente y que lo pase bien. Y eso, aunque parezca "la" fórmula, tendría que ser lo normal. Vos salís a la noche, y no lo tenés. Siempre vas a encontrar, que el baño está sucio, o que suena feo. Lo que es el servicio, faltan cosas.

¿Son determinantes esos detalles?

Claro, son detalles que suman un montón. Vos no podés pretender que en un lugar que entran 200 personas, meter 700 y que la gente esté contenta. Todo eso te va sobrecargando y un día que dan algo que realmente esta a la altura de una mínima ambición que tiene cada uno cuando sale, decís "¡Que bueno!" y eso es un poco lo que pasa. Lo que nosotros hacemos debería ser lo normal. Ir a un baño y no patinarte en las ganas de ir al baño. Eso lo valora la gente.

¿No te sorprende que algo que es normal te lo elogien tanto?


Me sorprende pero es una sorpresa media fuera de tiempo, atemporal. Cuando existía Monkey Disco, era bastante similar a lo que ven hoy. Había otra estética, pero lo que es funcional era bastante similar. Y como se trabajaba con chicos, de 14, 15 a 20 años, la mayoría entre 14 y 16, tienen otra valorización de las cosas, en esa edad pasa. Y más cuando estás hablando como una masa, la masa no valora. En esa edad no sos personal, no decís "Yo voy a tal lugar porque me encanta como ponen los vasos arriba de...". No. Vas y le ponés onda como todos los demás. Todos van para allá y vos vas para allá. Siempre trabajando con los "pendejos". Cuando yo cerré había mucha gente enojada con Monkey. Había mucha gente enojada porque pretendíamos cobrar la entrada. Porque todas las competencias estaban regalando todo para poder terminar de ganar o sobrevivir como un lugar. La situación económica era bastante compleja.

Esto es un chiste, es para escribir un libro: en el 2003 la gente estaba enojada porque cobrábamos 3 pesos varones y uno mujeres. No querían que cobráramos. Nosotros abrimos el boliche en el año 1997 y cobrábamos 6 (hombres) y 4 (mujeres). Del 97 a Febrero del 2003, que cerramos, estaba todo devaluado, todo con quilombo, todo había subido y se estaba cobrando más barato y la gente estaba enojada. También fue una especie de psicosis eso, medio inexplicable. En esa época no les importó que se cerrara, y con el tiempo se fue dando más valor.

A mi me paso que cuando terminé con el boliche, quise salir a bailar, y empecé a conocer las competencias de Monkey, que no las conocía, no sabía como trabajaban, que hacían ni nada. Dejé de salir porque no me gustó nada, je. Era muy raro, porque si bien salí como cliente, pero desde una edad que no era la que yo vendía. De repente iba yo a un boliche de 17 con 35 años, algo que no encuadraba. Pero intente ir a lugares que supuestamente eran de "grandes" y tampoco me gustaron.

¿Como te llevás con la música que se escucha ahora?

La música siempre cambia. De lo que hay ahora me gustan bastantes cosas, el reggaeton me divierte en algunas cosas, me divierten algunas cosas, son entretenidos, creativos algunos. Obviamente estoy hablando que me debe gustar el 5 o 10% de todo lo que hay. Después de la cumbia nueva, conozco muchos temas. Pero no me parece divertido, me parece más tango cantado en formato cumbia, la más elaboradas. Demasiada pena tienen para cantar, no hay cumbia divertida. Sí hay más cumbia resentida y violencia. Y después la música electrónica, que es lo que siempre sobrevive y está ahí, ha ido cambiando de estilo, han surgido estilos nuevos, pero bueno, hay de todo. Tenés siempre para elegir y es cuestión de ir renovándose nomas.

Hay temas que me gustan, hay cosas que me parecen creativas. Lo que ha ido cediendo mucho espacio es la música nacional, cediendo espacio en lo que es baile. Ya no se baila un nacional nuevo como se bailaba antes. Ha ido dejando el lugar y no lo recupera. Le ganó el reggaeton, le ganó el latino, no sé quien le ganó pero no se baila. Pensá en 7 años atrás, se bailaba Los Piojos, se bailaba Bersuit, se bailaba Redondos, aunque era viejo, pero se bailaba lo nuevo del rock nacional. Hoy la música nacional no ocupa un espacio, no está el espacio. No sé porque razón, si por falta de difusión o porque no pega.

¿Se está volviendo a recrear el ambiente de los 90 mediante la música?

Si, yo digo que puede ser, no sé como se manejan en los demás boliches. No tengo ni la más pálida idea. Me hizo acordar una publicidad que sonaba el mismo tema: prendés la radio y lo escuchás, prendés el calefón y lo escuchás, abrís la heladera y lo escuchás. Y siempre el mismo tema. Hoy con respecto a la música nueva, vas a cualquier lado, prendés cualquier radio, y lo escuchás. Salvo cumbia, que no en todas las radios pasan. Me parece que dándole unos toques y la dosis justa de cada cosa, puede ser más entretenido una fiesta retro que una noche normal. En todas las noche "normales" que hemos hecho, que tampoco son "normales", ponemos una hora de música nueva repartida, mezclada entre todo lo viejo que se pone. Creo que si no sale nada nuevo, bueno, ¡busca dentro de todo lo viejo otra cosa más buena!.

¿Como juegan los gustos en la cabeza de un DJ?


A mi me gusta mucho la música electrónica, y hay gente que no lo cree. Y yo me pasé toda la vida pasando Nacional, Cumbia, Latino en un 90% y el otro 10% música electrónica. Me gustaría pasar más música electrónica, pero no tenés público, es más complicado. Entonces digo, mi gusto está relegado a como pegue en la gente. Me encantaría que la gente se cope y diga, bueno, vamos a hacer una hora de electrónica. Como no se puede, cambio de música automáticamente, me importa más que la gente se divierta, que sacarme las ganas de poner música electrónica.

¿No se puede?


Es complicado, para tener una buena noche de música electrónica, de público que baile electrónica, tenés que empezar con una previa que en el Mono se hace, dicho en criollo: "que en el aguante se embolen un poco". Entonces cuando largas con música electrónica, la sienten más inspiradora, pero acá, ya de entrada se baila en "el aguante". Los "aguantes" de Monkey siempre fueron muy bailados, muy divertidos, entonces cuando le ponés electrónica es como que los bajás. No les pega bien. Yo he intentado, y de hecho paso. Pero no viaja mucho.

1 comentario:

  1. Yo vivì el verano de Monkey en Claromecó, del '92 al 2003. Excelente! coincido en que el '95 fue el mejor año, lejos...
    Tendrían que volver..

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